Cuando es necesario trasplantar una planta

Para saber cuándo el trasplante de una planta es una necesidad debemos fijarnos en alguno de los siguientes aspectos:

- si las raíces sobresalen del sustrato o de la maceta.

- si el sustrato no es el adecuado: poco drenante para las suculentas y cactus, no apropiado para plantas acidófilas o para plantas epífitas.

- si falta drenaje en la maceta, el agujero de drenaje no drena bien o la maceta no tiene.

- si la planta es mucho más grande que la maceta, es desproporcionada, se pierde estabilidad y falta espacio para el crecimiento de las raíces y la planta.

En plantas procedentes de vivero y garden, podemos realizar el trasplante de inmediato o dejar pasar unos días como periodo de adaptación de la planta en su lugar definitivo.

Todas las plantas sufren estrés al cambiarlas de sitio y en el trasplante, si esperamos a que estén aclimatadas a su nuevo lugar para trasplantarlas el estrés es menor.

Una vez decididos a realizar el trasplante vamos a necesitar:

- una maceta de tamaño superior a la que tenga la planta y que tenga agujero para el drenaje del agua.

- un buen sustrato adaptado a las necesidades de la planta, fertilizado y listo para garantizar un buen arraigue.

- gravas para el drenaje de la maceta.

- puede ser necesario unas tijeras para sanear las raíces y una pala para ayudarnos a repartir el sustrato.

En el trasplante es importante no tirar nunca de la planta para sacarla de la maceta vieja, podríamos dañar tallos y hojas. Es suficiente golpear suavemente la maceta hasta que se desprenda el cepellón y la planta salga de forma fácil de la maceta inclinándola con ayuda de las manos sin romper raíces. En el caso de observar raíces dañadas o débiles podemos recortarlas.

Una vez tengamos la planta suelta, incorporaremos gravas de drenaje en el fondo de la nueva maceta y seguidamente unos centímetros de nuevo sustrato. Colocaremos la planta en el centro de la maceta, sosteniéndola con la mano, añadiremos sustrato alrededor de la planta, apretando con la mano, evitando que queden huecos de aire, logrando un buen asentamiento de la planta. Acabaremos de rellenar la maceta dejando unos centímetros hasta el borde libres para evitar que el agua se derrame al regar.

Finalmente, regaremos bien observando que la maceta drene el exceso de agua de riego.